martes, 9 de agosto de 2011

¡Una super gymkana!



Después de tantos abusos en verano la tripita crece porque claro, que si salimos a una terracita y un batido; ahora vamos al parque unos aspitos, gusanitos y demás. Mientras estamos tumbados en la pisci al sol, un bollito por aquello del que dirán. Sí, sí, abusos y más abusos. Así que las profes decidieron que un poco de ejercicio no vendría nada mal. Eso sí, ejercicio divertido.

Así que el viernes participamos en la Primera Edición de Gymkana Cottons. Como en toda buena competición hicimos dos equipos: rojo y azul y fuimos a ver las difíciles pruebas que las profes habían decidido ponernos.

En el patio descubrimos un pequeño circuito. Comenzábamos con una pequeña cuesta con una inclinación del 20% (sí, sí, no os riáis que de inclinaciones sabemos mucho y con la que nos costó subir los culitos por ella menos del 20% no tiene. Así que a ponerse serios). Después, una vez que llegabas a lo alto tenías que bajar dando una volterera o, como casi todos bajamos, ¡dando un super brinco al vacio! Una vez estabilizados de nuevo teníamos que subir otra rampa (vale, esta no era tan inclinada, pero no echéis ni una sonrisilla de "¡qué exagerados, ya será para menos!" que en menos que canta un gallo os obligamos a venir y os ponemos a hacer deporte ¿eh?). Y de la rampa, ¡otro super brinco y de cabeza a la pisicina de bolas! Esto es lo más divertido y las profes casi nos tenían que sacar porque no queríamos salir ¡je,je! Y de ahí, a pasar por debajo de un puente, coger nuestra bandera y corriendo a las pelotas gigantes para en una carrera de saltos llegar a la meta.

Claro, todo esto compitiendo con un compi del equipo contrario para ver quien llega el primero.

¡Uf! Lo pasamos muy bien y nos reímos un montón y además, ¡perdimos esos kilitos de más ganados! Claro, que todos sabemos que en lo que queda del verano van a volver. Pues nada, otro día hacemos otra competición y arreglado.

¡Oh! Se nos olvidaba, ¡ganó el equipo rojo! Eso sí, todos nos llevamos premio. Nuestras medallas correspondientes y un aspito.

Aquí os dejamos una fotillo para que veáis nuestro circuito.


lunes, 8 de agosto de 2011

Un día en la granja Cottons.




¡Ay! Que con tantos talleres y tantos amig@s que han vuelto y se han ido de vacaciones se nos había olvidado contaros lo bien que lo pasamos en el taller de granja de la escuela.


Como está haciendo mucho calor, las profes nos contaron que un montón de animalitos habían decidido venir a visitarnos al fresquito del cole y pasar un día con nosotr@s.




Eso sí, se trajeron con ellos sus casitas para poder comer con los amig@s y luego echarse una buena siesta.

Pues nada, después de desayunar ni cortos ni perezosos nos fuimos al patio. ¿Y sabéis lo que nos encontramos allí? ¡Una super granja!

Había cerdos en sus cochiqueras y estaban comiendo. También había cobayas y conejos, gallinas, gallos, caballos y ¡hasta un burrito! Había una vaquita y un torito muy simpáticos. Y en mitad de la granja había un gran lago con patitos y ranas.

Pues ala, como ya sabéis que el trabajo de una granja es muy duro hicimos varios grupos y fuimos a ver a los animalitos.
Comenzamos con los cerdos. Les dimos de comer y ellos a cambio nos dieron un poquito de jamón para que lo probáramos. Luego fuimos a ver a los conejos y las cobayas. Pero claro, comen mucha verdurita así que antes de nada tuvimos que ir a recoger a la huerta pepinos, lechugas, zanahorias y un montón de hortalizas.



Nuestra siguiente visita fue a las gallinas y al gallo. ¡Ey! Que las gallinas pusieron huevos y tuvimos que recogerlos para hacer luego la tortillita. Después de tanto trabajo nos pasamos a ver a los caballos y al burrito. Les dimos de comer heno y alfalfa y de ahí a ver al torito y a la vaquita. ¿A qué no adivinàis lo que hicimos con ellos?¡Si! Ordeñamos a la vaquita para que nos diera leche y como lo hicimos tan bien ella nos obsequio con un vasito de leche fresquita, un trocito de queso y un yogur. ¡Qué simpática y qué generosa!


Para terminar nuestra visita, fuimos al lago y les dimos de comer pan a los patos. ¡Qué tragones, se pusieron hasta arriba!

Cuando tod@s l@s amig@s terminaron de ver la granja nos fuimos a comer. ¿Y adivináis dónde comimos? ¡En la granja, al aire libre con los animalitos! Qué bien sienta comer unos buenos macarrones rodeados de la naturaleza. ¡Qué hambre teníamos! Eso sí, al terminar estábamos tan agotados de tanto trabajar que caímos como leños en las colchonetas y las profes tuvieron que despertarnos de un sueño profundo para volver a casa con papá y mamá.

Ahora, que ya las hemos preguntado para cuando repetimos porque nos lo pasamos ¡como enan@s!