Cuando pensábais que ya no podían sorprenderos, nuestr@s pequeñ@s han vuelto al ataque. Hoy se han convertido en magos y han conseguido hacer su mejor truco: ¡¡Tranformar la sal blanca en sales de colores!!
Aunque los buen@s mag@s nunca desvelan sus secretos, tras un acuerdo sindical con nuestr@s niñ@s hemos llegado a un acuerdo, y por una módica cantidad (se llevaron su tarrito de sales a casa) os contaremos como lo han hecho.
Lo primero de todo es hablar y distraer al público, pues claro si no se vería el truco. En eso no hemos tenido problemas porque hablamos un montón y los bebés que aún no hablan con su carita adorable y sus sonrisas serían capaces de distraer a cualquiera.
A continuación hemos echado sal blanca en un recipiente y hemos cogido nuestra varita mágica con forma de cuchara. Tras una palabras mágicas: "Abracabrín, abracabrán" han aparecido unos polvos de colores.
Lo que queda es muy sencillo. Echamos los polvos mágicos sobre la sal blanca y tras remover con nuestra varita...¡Zas! la sal cambia de color.
¡Se ha vuelto azul, verde, rosa...! ¡Lo hemos conseguido!
Lo hemos pasado muy bien y sus caritas de sorpresa valen más que mil palabras, así que tendréis que esperar a las fotos de final de mes para verles o si os sentís valientes y con ganas de mancharos un poco las manos probar en casa y disfrutar con ell@s de esta experiencia.
Y cuidado, ahora que han abierto su mente a la magia y conocen sus secretos son capaces de hacer casi cualquier truco que se propongan y nunca se sabe si esta noche apareceréis volando por los aires o encontraréis la habitación de l@s enan@s llena de golosinas. Ante todo, no dejéis que vean Harry Potter por si las moscas.....
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