miércoles, 8 de agosto de 2012

Taller de arcilla.

¿Qué no creéis en los viajes en el tiempo?  ¿Qué no son posibles?  Pues aquí en Cottons lo hemos conseguido.  Hemos conseguido que nuestr@s peques viajen a la edad prehistórica y que hayan podido vivir por un día como lo hacían nuestros antepasados: en cuevas, con trajes de pieles, lanzas y haciendo pinturas rupestres para desatar su creatividad.
Los viajes en el tiempo son muy divertidos y una de las normas que hay que seguir es vestirse del mismo modo que las personas que viven en el lugar donde vamos.  ¡Estupendo!  Nuestr@s chic@s lo pasaron pipa poniéndose un traje prehistórico (con kiki-hueso incluído, jeje)  y pintándose la cara con arcilla para pasar desapercibidos.  Una vez listos con nuestro nuevo atuendo nos dirigimos hacia la máquina del tiempo que estaba en el patio.  Tras introducir un código en un aparato extraño, la puerta del patio se abrio y por arte de magia aparecimos en unas padreras de hace millones de años.  En ellas había una cueva y arcilla por tooodas partes.
¿Qué hicimos?  Pues ni cortos ni perezosos aprovechamos esta oportunidad y fuimos por la pradera hacia la cueva.  Unas amigas prehistóricas nos contaron que estaban decorando su cueva y nos pidieron ayuda.  No pudimos negarnos y nos pusimos manos a la obra.
Nos mojamos las manos en un río y nos manchamos con arcilla. ¡Qué fresquita está!  Nos metimos en la cueva y dejamos nuestras manos como recuerdo de nuestro viaje.
Cuando tod@s l@s amig@s acabaron de pintar estuvimos jugando con la arcilla haciendo un montón de cosas: animales, trenes (para enseñarles a los prehistóricos como nos moveremos en el futuro), pelotas y un sin fin de cosas más. 
Pero nuestra visita tenía que terminar y regresar al siglo XXI; así que tras despedirnos, cruzamos de nuevo la pradera y cruzamos la puerta blanca que nos había llevado hasta allí.
Nos llevamos un recuerdo muy bonito y conservamos nuestros trajes para acordarnos de nuestra pequeña aventura.
¡Hasta nuestro próximo viaje!
¡Ah! Se nos olvidaba.  Nuestros amigos los prehistóricos nos dieron una cosa para que os la enseñásemos y les conociéseis, asi que se lo prometimos y aquí os lo dejamos.

martes, 7 de agosto de 2012

Taller de jardinería.

Queremos contaros un bonito cuento.  Uno en el que nuestros peques son los protagonistas y nuestros héroes pues consiguen dar vida a unas pequeñas semillas que andaban perdidas por la ciudad.
Todo comienza una mañana cuando nada más llegar al cole nuestros pequeñ@s alumn@s se encontraron con una semillas de judias, lentejas y garbanzos que se habían perdido.
- ¿Dónde vais semillitas? - preguntaron.
- Buscamos un lugar donde crecer y hacernos grandes, pero creemos que nos hemos perdido.- contestaron.
- Bien, podemos ayudaros.  Aquí en Cottons hay sitio para todos.  ¿Qué necesitáis para crecer?
- Muy sencillo - contestó la semilla garbanzo - Un recipiente donde vivir rodeadas de tierra, agua y mucha luz. 
Los pequeños pidieron ayuda a las profes y se pusieron manos a la obra para conseguir todo lo que sus nuevas amigas las semillas necesitaban.  Eso es, se convirtieron en jardiner@s
Localizaron unos recipientes estupendos donde poder hacer una camita a lenteja, garbanzo y judia; y un gran saco de tierra para que pudieran descansar comodamente mientras se hacían mayores. 
Salieron al patio y una vez allí se dispusieron para preparar la casita a nuestras semillas. 
- ¡Un momento! - gritó lenteja .- No podemos vivir en esa casita.
-¿Por qué? - preguntaron l@s muchach@s.
- Porque si me riegas y el agua no puede salir al final nos ahogaremos.
- ¡Valla! ¿Qué hacemos?
Tras mucho pensar uno de nuestros héroes decidió que lo mejor sería hacer unos cuantos agujeros a la cama y así el agua que las semillitas no quisieran podría salir por ellos y seguir su camino. 
Después de hacer los agujeros pusieron una capa de tierra finita sobre el huerto, y una vez extendida las semillitas se acostaron dentro.  Para completar la camita, echaron más tierra y taparon a sus amigas las semillas.
- La próxima vez que nos veamos seremos verdes y grandes; como una ramita.  Acordaros de regarnos, que nos dé la luz del sol y querernos mucho para que salgamos fuertes y grandes.- se despidió la judia.
L@s chic@s hicieron lo que sus amigas las semillas les habían dicho y con una regadera les echaron agua para que no pasaran hambre y los pusieron al sol para que tomaran muchas vitaminas.
Ahora sólo les quedaba esperar y ver de nuevo a sus amigas cuando fueran grandes y mayores.
Esta es nuestra historia, una en la que unos niños consiguieron crear vida y aprender lo importante que es cuidar de alguien que está más indefenso que tú.
¡¡Felices sueños!!

lunes, 6 de agosto de 2012

Taller de cocina

¡Allá vamos!  Nuestro pequeños Argüiñanos y Argüiñanas se lo pasaron pipa cocinando en el cole.Ya son todos unos expertos y no podéis negaros a meterlos en la cocina y que os echen una mano (eso sí, seamos francos, LIMPIAR en mayúsculas es lo que vais a tener que hacer cuando acabe su ayuda)  Pero merece la pena solo por ver sus caritas.
Lo primero de todo es  elegir cuál será el plato del día.  Aquí en Cottons somos muy zalameros y convencimos a tod@s, adultos y pequeñ@s, para crear una pizza al mejor estilo italiano.
Una vez tomada esta decisión, buscamos una receta sencillísima de hacer y nos pusimos manos a la obra a buscar los ingredientes.  En este caso una rebanada de pan de molde, tomate, jamón, aceitunas y lonchitas de queso...¡ummm! ¡Qué rico!
Una vez conseguido lo ponemos todo encima de una mesa y ¡a guarrear!, digo... ¡a cocinar!
Untamos el pan con tomate (y ya de paso nos chuperreteamos los deditos para saber que está en buen estado; esto es super importante).  Después añadimos unos trocitos de jamón y las aceitunas. Nota importante: también hay que probar.
Y para finalizar le ponemos encima de todo la mezcla (misteriosamente el pan sigue aguantando entero, los milagros existen) una lonchita de queso de sandwich para que lo sujete todo y se funda al calentar.
Nos dirigimos al microondas (siempre queda mejor en el horno) y lo introducimos dentro.  Algunos de nuestros cocineros descubrieron que si no se mete dentro y se pone en marcha el micro hay algo que no cuadra y no sale igual, ¿física, química? Quién sabe.
Pues nada, una vez que el microondas haga "clin", sacamos nuestra pizza y la devoramos con l@s amig@s
¡Estaba super buena!  Y no es porque la hayan hecho nuestros peques pero las profes de Cottons ya se atreven a ser invitadas por nuestros peques a comernos una comidita preparados por ellos.  ¡Qué artistas!
Ale, y aquí os dejamos un recuerdo que seguro que os suena muchísimo: