
¿Quién no ha conocido a un/una ablutofóbic@ en su vida? Aquel/aquella que tiene miedo a lavarse o bañarse. Sobre todo en esos viajes conmovedores de metro a primera hora de la mañana. Miedo este que podríamos compaginar con la bromidrosifobia, miedo al olor corporal.

Luego nos podemos encontrar con l@s homilofóbic@s que seguramente somos todos un poco porque quien no tiene miedo a un sermón, sobre todo de papá, de mamá o de las profes si nos apuráis (¿algún papi o mami habrá pasado por ello ante nuestros sermones? jeje)
Por supuesto, si alguno tenéis pensado veranear en China este año cuidado con la consecotaleofobia, pues podéis tener un ataque repentino a la que os sirven la comida en el hotel y veáis los palillos chinos. Claro, que con la complicado que resulta comer con ellos como para no dar miedo.

Y una de las fobias que creemos padeceremos tod@s con nuestros peques en un futuro no muy lejano será la eicofobia, miedo a los adolescentes o, ¿quizá mejor decir a la edad del pavo?
Para acabar os dejamos algunas que tod@s padecemos en mayor o menor medida y a ver quién es el valiente que se atreve a negarlo; ponofobia: miedo a trabjar en exceso (más de diez horas al día ya es fobia ), singenesofobia: miedo a los parientes (benditas reuniones de familia) y socerofobia: miedo a los suegros, _________________ (que cada uno añada el comentario que quiera...o pueda)
Si queréis conocer algunas más podéis echar un vistazo a este enlace: